Inicialmente quiero recalcar la importancia que estos
procesos de descolonización marcan no solo en forma territorial, por el
crecimiento demográfico que se da, si no en la autonomía que estos pueblos
toman, el ejemplo que intentan dar de que no se tiene precisamente que vivir
dependiendo de otro territorio con mayor dominio. Esta ola de independencias se
da a causa del poderío que poseía, sobre todo los territorios que formaban
parte de los imperios europeos, y el elevado coste que les deja las guerras
mundiales, lo cual provoca descontento y el deseo de separación.
Este proceso se divide en tres fases que se relacionan
cronológicamente y que ocurren en tres espacios geográficos diferentes:
2ª-Fase de la descolonización (1945-1975)
Correspondería a los países de África del norte,
mediterránea.
Es la fase central de la descolonización, se forma el llamado Tercer Mundo. Durante esta fase se
completan y culminan las independencias y revoluciones de los países árabes y
asiáticos.
3ª- fase de la descolonización (1975-1996)
Se dan las independencias de los países y territorios de
Oceanía África del Sur y África Central.
Así se cierra el proceso de descolonización, y al final
del mismo se supone que no quedan ya prácticamente territorios dependientes en
el mundo, a pesar de que indirectamente los países dependan de las potencias en
muchos aspectos como el aspecto económico, sin embargo tras la descolonización,
las economías de los países africanos y asiáticos mantuvieron una fuerte
dependencia exterior. Esto les impidió poner en marcha procesos de desarrollo,
y su situación económica fue empeorando constantemente en la mayoría de los
casos. Además la mayor parte de estos países ha sufrido una fuerte
inestabilidad política, con frecuentes guerras civiles, golpes de Estado y
dictaduras militares.
Por lo tanto los procesos de descolonización tienen las
dos caras de la moneda, ya que a pesar de ser un gran avance por la autonomía
que toman los pueblos, no se da de la manera ideal.